Hace cuatro años nadie hubiera creído que Biden y Trump se volverían a ver las caras. Todo indicaba que Biden sería presidente solo cuatro años, además entonces todo indicaba que para 2024, no habría mejor boleto electoral a la presidencia que Kamala Harris. Todo fue una ilusión, cuando Kamala Harris aparece en escena es para hacer el ridículo, como acaba de suceder en su viaje a Puerto Rico. Unos manifestantes furiosos por la falta de apoyo del gobierno federal cantaban una letanía bullanguera en su contra y Kamala, feliz, se sumó al coro aplaudiendo.

Se pensó que Trump estaba liquidado al quedar cuestionado por la insurrección del 6 de enero que se le atribuye. Es tal la pobreza política de EU por el momento que Biden, un presidente fracasado, y Trump, un expresidente indiciado, serán los candidatos de sus partidos.

Más asombroso resulta que en esta contienda el ganador será Trump. En una reciente encuesta de The Wall Street Journal, practicada en seis de los siete estados más competidos, Trump aventaja notablemente a Biden por dos razones: la capacidad dudosa de Biden para gobernar y la percepción del deplorable estado de la economía.

La gestión presidencial de Biden se caracteriza por torpeza en el manejo de problemas internacionales en Afganistán, Ucrania y el Medio Oriente, pero particularmente por los problemas derivados de la migración ilegal que llega desde México. Sin embargo, lo que más actúa en su contra es su avanzada edad.

Conforme al historiador Javier Garciadiego, en un pequeño gran libro, publicado por el Seminario de Cultura Mexicana, (México a través de Dos Siglos) Porfirio Díaz perdió la primera y última de las siete elecciones en que participó, además de enfrentar a un verdadero opositor como Madero, por tener ochenta años. La misma edad de Biden al celebrarse la elección presidencial.

Los problemas judiciales de Trump son varios, solamente que como candidato teflón en lugar de hacerle daño lo han catapultado. Los más sonados: falsificar los registros de sus negocios para pagarle un soborno a una estrella del cine porno y otorgar una fianza a más tardar precisamente hoy (4 de abril) ante el Abogado General de Nueva York por la fundada sospecha que infló su situación financiera en miles de millones de dólares En fin, Trump es una ficha.

Tan es una ficha que su modelo a seguir es el gánster Al Capone. Declaró que Capone solamente fue acusado penalmente una sola vez, mientras él ya lleva cuatro. Como lo planteó Samuel Earle de The New York Times, no tanto por ser perseguido por las autoridades infundadamente, sino por ser tan duro como Capone. Al compararse con Capone, Trump pretende mostrarse igual de rudo que el jefe de la mafia en Chicago.

Trump se vale de lo que tiene a la mano para regresar a la Casa Blanca. Su expediente más útil será México nuevamente, ya no como hace ocho años, cuando acusó a los mexicanos de ser peores personas que los miembros de la banda de Capone. Ahora la acusación a Biden de ser débil y condescendiente con las autoridades mexicanas. Ya recordó que cuando quiso, dobló a México, específicamente al presidente López Obrador, cuando éste, ante la amenaza de aranceles a los productos mexicanos cumplió con sus demandas para entorpecer el flujo de migrantes a Estados Unidos.

Trump ganará la elección no porque sea bueno, sino porque Biden es muy malo. Ahora que hablando de los verdaderamente perversos, Trump les gana a todos, como le ganará a Biden.

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